jueves, 22 de diciembre de 2011

Los Tetas: Hay vida en el Planeta Funk


Hace tres meses, cuando se hizo pública la noticia de que después de 13 años de separación Los Tetas volverían a tocar con su formación original, debo confesar que tuve mis dudas respecto a si esto apuntaba a una reunión por conveniencia, solo motivada por el siempre llamativo factor económico, o si efectivamente se habían logrado superar las diferencias que terminaron por disolver a una de las bandas más emblemáticas de la escena funk del país. Estoy a pocos minutos de ser testigo de uno de los reencuentros más aplaudidos y esperados del 2011, y tengo fe que sobre el escenario se mantendrá la fórmula que hizo de Los Tetas una de las bandas chilenas más exitosas de la década de los noventas.

A pocos más de una hora del inicio del show, se puede percibir la ansiedad en el ambiente, el Teatro Caupolicán solo se encuentra al 70% de su capacidad y de a poco empieza a llegar el resto del público.  Los encargados de calentar el ambiente son Ritmo Machine (formado por Latin Bitman y Eric Bobo, el mismo de Cypress Hill y Beastie Boys). En 35 minutos ofrecen una presentación sólida y cargada de mucha energía, dejando la mesa servida para que Tea Time, C-Funk, Rulo y Pepino salgan a hacer lo que mejor saben: ¡música funk!.

En los minutos previos al inicio del show se monta un telón blanco tapando el escenario, a estas alturas el Teatro ya se encuentra repleto por más de 5.000 almas, que constituyen el marco perfecto para que se escriba un nuevo capítulo en la exitosa carrera de la banda. Es tanta la euforia por ver de más cerca a los músicos, que algunas personas aprovechan la distracción del personal de seguridad para saltar desde platea a cancha, inclusive poniendo en riesgo su propia integridad. A las 22:03 el recinto queda a oscuras y comienza a sonar la música de la intro, algunas luces esporádicas hacen que se reflejen las siluetas de la banda sobre la tela, provocando el delirio de los asistentes. Por fin se baja el telón, y el Caupolicán se enciende con “Primavera”, canción que abre el show.


La energía de la banda se siente en todo el recinto, resulta evidente que estaban esperando este momento hace mucho tiempo, el show continúa con la interpretación de “Planeta” y “James Brown”,  Tea Time mira al cielo e invita a James a bajar y acompañarlos en el escenario. La entrega del público es total, y la banda no da tregua arremetiendo con las interpretaciones de “Chavo” y “Bola Disco”, en donde C-Funk se luce rapiando. Posterior a “I Like” se vive uno de los momentos emotivos de la noche cuando Tea Time dice que está muy contento con que Los Tetas estén de vuelta.

El show avanza con “Intro Mama Funk” y “La Paradoja”, para cuando llega el turno de “Segundo Subterráneo”, aparecen en escena los primeros invitados: Latin Bitman y Eric Bobo. El sonido de los tambores de Bobo y la tornamesa de Bitman se mezclan con la improvisación de Tea Time, la dupla de Ritmo Machine se luce en la interpretación de “La Generación Perdida” cuando cada uno demuestra su destreza mediante la ejecución de precisos solos, que el público premia con aplausos. El sonido de Los Tetas es impecable y el show se desarrolla sin sobresaltos, todo el Caupolicán salta y baila al ritmo de “La Risa del Diablo”, uno de los clásicos de la banda.

En las siguientes canciones, “Gangster”, “El Sol No Tiene Ganas de Venir”, “Audrey Charlot” y “La Eternidad”, Tea Time demuestra que no le queda grande el manejo de la tornamesa, y C-Funk hace lo propio con el teclado. Para la interpretación de “Papi Donde Esta el Funk” aparece en escena otra invitada de lujo, Anita Tijoux,  que sin embargo no tiene mucha participación durante la canción, su lucimiento llega durante la interpretación de “La Medicina”, en donde alcanza un sonido casi idéntico a la grabación original.  Anita abandona el escenario, y suenan los temas  “Colón” y “Contra Viento y Marea”. Llega el turno de “Porcel”, la última canción de la primera etapa del show, a pesar que casi se han cumplido dos horas de concierto, la intensidad no ha disminuido en lo más mínimo, por el contrario, pareciese como si la banda recién estuviese calentando motores. Tea Time se siente en confianza, tanto así que se lanza de espaldas al público, quienes lo tratan con cuidado y lo devuelven al foso. Los Tetas agradecen el apoyo y la buena onda de todas, y se retiran del escenario. El público no se conforma, quieren más funk.

Los Tetas vuelven al escenario para continuar encendiendo el Caupolicán,  Tea Time entra improvisando para dar paso a “Corazón de Sandía”, y el público que no deja de cantar durante toda la canción. Luego viene la interpretación de “Hormigas Planas”, uno de los primeros temas que hicieron famosa a la banda y todos así lo reconocen, coreándola y saltando de principio a fin.  Durante la ejecución de “Marihuana Funk” nos deleitamos con los solos de guitarra y teclado que realizan C-Funk y Felipe “Felo” Foncea (De Kiruza), mientras tanto, Tea Time saca al escenario a Chico Claudio que se siente como en su casa, bailando, improvisando y haciendo un poco de beat box. El broche de oro llega de la mano de “Cha Cha Cha” con la participación de Juan Sativo como último invitado de la noche, sin lugar a dudas el punto más alto del show, un Teatro que prácticamente se viene abajo. La banda se retira entre aplausos, con la satisfacción de haber realizado uno de los mejores show de su carrera.


En resumen, un show de más de 2 horas, con un repertorio insuperable de 24 canciones y con una puesta en escena que en ningún momento bajó en entrega o intensidad. Si bien es cierto se notó que no se ha recuperado en un 100%, el fiato en el interior de la banda, si se proyectó mucha alegría sobre el escenario (quizás de C-Funk en menor medida), dejando en evidencia que estaban disfrutando del reencuentro, más que estar haciéndolo por una obligación comercial. Un evento memorable, prácticamente sin imperfecciones, y en donde pareciese que el tiempo no hubiese pasado para ellos, como si estos 13 años, más que menguar su desempeño, hayan servido para potenciar cada una de sus cualidades. Muy buenos invitados, fueron un aporte y le dieron matices diferentes a la presentación, además, se cuenta con el valor adicional de que el show fue grabado íntegramente para ser incluido en un futuro DVD de la banda (que además contendrá imágenes de los ensayos), y que nos permitirá revivir este momento histórico para Los Tetas cuantas veces queramos. Respecto a la fiesta post show a cargo de DJ Caso y Boogieman, eso es harina de otro costal.

Setlist

1. Intro
2. Primavera
3. Planeta
4. James Brown
5. Chavo
6. Bola Disco
7. I Like
8. Intro Mama Funk
9. La Paradoja
10. Segundo Subterráneo
11. La Generación Perdida
12. La Risa del Diablo
13. Gangster
14. El Sol No Tiene Ganas De Venir
15. Audrey Charlot
16. La Eternidad
17. Papi Donde Esta el Funk
18. La Medicina
19. Colón
20. Contra Viento y Marea
21. Porcel
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22. Corazón de Sandía
23. Hormigas Planas
24. Marihuana Funk
25. Cha Cha Cha

lunes, 19 de diciembre de 2011

Entrevista a William DuVall

Sin lugar a dudas, cuando hablamos de Alice in Chains nos referimos a una de las agrupaciones más importantes del rock alternativo de la década del 90, cuya principal virtud fue marcar diferencias con bandas contemporáneas, mediante un estilo único, que combinaba los sonidos típicos del grunge, con la potencia y oscuridad del heavy metal. La alineación original estaba conformada por Layne Staley (voz), Jerry Cantrell (guitarra), Mike Starr (bajo) y Sean Kinney (batería), siendo los dos primeros, el corazón de la banda. Entre los años 1990 y 1995, editaron 3 álbumes (Facelift, Dirt y Alice in Chains) y 2 EPs (Sap y Jar Of Flies), gozando del reconocimiento de los fans y de los medios en todo el mundo, vendiendo solo en EEUU, más de 14 millones de discos.

El 20 de Abril de 2002, Layne Staley es encontrado muerto en su departamento de Seattle, a causa de una sobredosis de cocaína y heroína (mediante la autopsia se determinó el 5 de Abril como fecha del deceso). Si bien es cierto, nunca existió una formalización de la banda respecto a una posible ruptura, la muerte de Staley venía a confirmar las sospechas que sería prácticamente imposible que Alice in Chains editara nuevo material o que volviera a tocar en vivo. Para muchos de los fans sería imposible llenar el vacío que había dejado la muerte del talentoso frontman, sin embargo, contra todos los pronósticos, el 2006 la banda vuelve a tocar en vivo para el programa “Decades Rock Live!” de VH1, en donde las voces estuvieron a cargo de Phil Anselmo (Pantera y Down) y William DuVall (Comes With The Fall).


El 2009 se produce el milagro, la banda anuncia el lanzamiento de una nueva placa bajo el nombre de “Black Gives Way To Blue”. Quisimos conversar con la persona que hizo posible lo que parecía una utopía, reemplazar a Layne Staley, en un tono bastante relajado y distendido esto fue lo que nos dijo William DuVall, respecto a las circunstancias en que conoció a la banda: “Cuando me mudé con mi banda desde Atlanta a Los Angeles, conocí a Jerry Cantrell, esto fue sólo dos semanas después de llegar ahí, en Febrero del 2000, a él le gustaba mi banda, a mí, obviamente, me gustaba Alice In Chains; nos conocimos y nació una amistad que ya lleva casi doce años”.

No debe ser fácil incorporarse a una banda que ya tiene toda una historia construida, plagada de éxitos, y sobretodo ocupando el espacio dejado por un icono del rock, como lo fue Staley. Le preguntamos a DuVall como se toma esta gran responsabilidad y como maneja las expectativas que se tienen sobre su trabajo en Alice in Chains: “Se sienten muchas cosas. El aprecio a la historia de la banda, la expectativa del mundo externo con todos los seguidores que Alice In Chains tiene en el mundo, pero a la vez, no tenía más opción que ser yo mismo, y no iba a tratar de ser alguien más, ni quería serlo. Entonces era una mezcla de dos sentimientos, por un lado sabes que Layne fue un grande, soy un admirador de su persona y de su talento, de igual forma o quizás más que el resto de admiradores que tiene alrededor del mundo, pero por otro lado sabes que tienes que ser auténtico y dejar que las cosas funcionen desde esa postura. Personalmente creo que resultó bastante bien”.

Para el éxito de una banda, resulta fundamental que exista una conexión entre todos los integrantes de la misma, de tal manera que cada uno de los instrumentos y voces se encuentren en perfecta armonía. Quisimos saber que sintió DuVall la primera vez que se paró en un escenario junto al resto de los miembros de Alice in Chains: “Bueno, lo primero que hicimos en conjunto fue participar en el tributo que se le rindió a la banda “Heart”, transmitido por la cadena VH1, así que el primer intento juntos iba televisado desde New Jersey. Fue una muy poderosa forma de comenzar, porque existía mucha presión sobre nosotros, ver cómo llegaría a resultar, ver si éramos capaces de concretarlo de buena manera, pero por lo mismo fue un gran inicio y notamos que nos integrábamos muy bien entre nosotros, un muy buen feeling desde el principio”.


Sin lugar a dudas, Alice in Chains tiene una deuda pendiente con miles de fans chilenos que han esperado durante décadas para verlos en vivo. A pocos días de su primera presentación en Chile, para la segunda edición del Maquinaria Festival, le preguntamos a DuVall que sabe respecto a nuestro país y que podemos esperar de su show, y esto fue lo que nos comentó: “Bueno, les quiero decir que estamos muy emocionados de finalmente poder encontrarnos, ha sido una larga espera; nos sentimos demasiado honrados y orgullosos de poder estar allá. Personalmente, tengo amigos de la infancia que son chilenos y siempre hablan maravillas de su país, he escuchado hablar de Chile toda mi vida y ya no me aguanto las ganas de llegar, y el resto de la banda opina exactamente igual. Se siente la energía que hay allá, incluso he notado la emoción de los seguidores chilenos de Alice In Chains a través de Internet, y hacen sentir toda esa energía, y me refiero a que realmente se puede sentir, es indescriptible. Creo que cuando ya pisemos suelo chileno, va a ser un cúmulo de emociones, como, no sé, una bola de fuego o algo así, será demasiado emocionante. Espero que todos puedan ir y celebrar juntos, como corresponde”.

Estos son días ocupados para William DuVall, ya que no solo se encuentra girando con Alice in Chains, sino que también esta colaborando en un par de trabajos audiovisuales. El 2005 el director Edgar Johnson le propuso realizar un documental respecto a la historia de Neon Christ (banda en que colaboró entre los años 1983 y 1986), el cual verá la luz el 2012 bajo el nombre de “All Alone Together: Neon Christ and Atlanta Hardcore”. Además, esta cumpliendo el rol de productor/director en el documental “Ancient To Future: The Wisdom of Milford Graves”. Le pedimos que nos hablara respecto a esta faceta un tanto desconocida: “Sí, por supuesto. Bueno, está “All Alone Together…” que narra la historia de la escena punk hardcore en Atlanta, Georgia, lugar donde pasé gran parte de mi niñez, y escena musical de la cual fui parte a principios de los 80’s, por eso me interesa en qué están los muchachos de esta generación, entonces el documental mezclará la historia del punk hardcore de aquellos tiempos y la historia presente, así se podrá ver qué es distinto y qué es parecido entre esos dos períodos de tiempo. También estoy con “Ancient To Future…”, que narra la historia de Milford Graves, para quienes no lo conocen, es un increíble baterista de Jazz y también es un científico, que está desarrollando una sorprendente investigación acerca del corazón, del aspecto cardiaco, algo que podría cambiar algunas cosas tal como las conocemos. Esta última la que estoy produciendo y dirigiendo, y estará lista en unos 3 meses; si a alguien le interesa, hay un trailer en Youtube, ahí verán por qué de mi emoción con este documental”.

Antes de despedirnos, no podíamos dejar de preguntarle si está en carpeta la grabación de un nuevo álbum con Alice in Chains y esto fue lo que nos dijo: “Sí, de hecho hace muy poco lo comenzamos a hablar. No podría darte una fecha específica de lanzamiento, pero pretendemos comenzar a crear nuevas composiciones muy pronto. Eso es todo lo que puedo decir acerca de eso (Risas)”.

Rock que Trasciende Generaciones: La Magia en un Riff


Existen ciertas secuencias de acordes que con solo escucharlas durante un par de segundos hacen que se ericen los pelos y atacan directamente las zonas más receptivas de nuestro cerebro, permitiéndonos identificar de inmediato una canción en particular. Este fenómeno solo se puedo lograr gracias a la magia del riff.

Existen ciertas canciones que son capaces de penetrar profundamente en nuestro inconsciente y en gran medida esto se debe al riff sobre el cual se fundamente la pieza. La importancia que tiene este elemento musical, es que no es un adorno más de la canción, sino que constituye su estructura básica. El riff es una frase más rítmica que melódica, que tiende a ser monocorde y generalmente se ejecuta en las últimas cuerdas de la guitarra (las más graves). Quizás pueda resultar aventurado indicar que los riffs de guitarra constituyen los bloques de construcción del Rock & Roll, sin embargo, es innegable el impacto cultural y emocional que conllevan cada una de estas obras. Gran parte del mérito se debe asignar al guitarrista, ya que si no se cuenta con el talento y creatividad de estos verdaderos genios, se podrían rasgar las cuerdas hasta que sangren los dedos sin obtener música que trascienda generaciones.


Es importante hacer la diferencia entre un solo y un riff, ya que a veces se tienden a confundir ambos conceptos. El solo de guitarra se encuentra en lugares bien específicos de una canción, normalmente en el puente o hacía el final y corresponde a una melodía puntual que no se repite en ninguna otra parte del tema, por el contrario, el riff constituye un conjunto de notas que el guitarrista repite durante toda la canción.

Uno de los mayores desafíos con que se encuentra un guitarrista de rock es crear riffs que resulten originales, lo que para nada es una tarea simple, en vista que existe una infinidad de riff que son fácilmente identificables y asociables a una banda y/o canción. Para muchos entendidos, más que una melodía, el riff constituye el alma del rock y existen varias técnicas a utilizar a la hora de lanzarse en la difícil misión de crear uno de ellos: Riff de un acorde (“Faith” de George Michael), riff basado en progresiones de acordes (“Smoke On The Water” de Deep Purple), riff basado en escalas (“Beat It” de Michael Jackson), riff que combinan acordes y escalas (“Crazy Train” de Ozzy Osbourne), riff de poder (“Two Minutes To Midnight” de Iron Maiden), y riff basado en arpegios (“Ain’t Talkin’ Bout Love” de Van Halen).


A diario se publican encuestas y rankings de medios especializados que buscan identificar los riffs de guitarra más famosos y reconocibles de la historia del rock. Si bien es cierto, cuesta trabajo definir algún criterio que permita clasificar una canción dentro de esta área, existen temas que se repiten en todos los rankings, y para los cuales es innegable que corresponden a verdaderas obras maestras, en donde solo basta que suene la guitarra para identificar de inmediato el nombre de la canción. A continuación, quiero proponer (humildemente), los que según yo, constituyen los 10 mejores riffs de la historia.

1.- Led Zeppelin – “Stairway To Heaven”. Canción publicada en el álbum “Led Zeppelin IV” (1971). A pesar de no haber sido lanzado como single es el tema más pedido en las emisoras radiales de EEUU. El riff es ejecutado por Jimmy Page.

2.- Guns N’ Roses – “Sweet Child O' Mine”. Canción publicada en el álbum “Appetite For Destruction” (1987). Corresponde al primer single de la banda en llegar al número 1 del Billboard Hot 100. El riff es ejecutado por Slash.

3.- Deep Purple – “Smoke On The Water”. Canción publicada en el álbum “Machine Head” (1972). Fue inspirada por el incendio que afectó al Casino de Montreux (Suiza). El riff es ejecutado por Ritchie Blackmore.

4.- Black Sabbath – “Iron Man”. Canción publicada por primera vez en el álbum “Paranoid” (1970). La velocidad semi lenta con que es interpretada revolucionó la historia del Heavy Metal. El riff es ejecutado por Tony Iommi.

5.- Metallica – “Enter Sandman”. Canción publicada en el álbum “Metallica” (1991). Alcanzó la categoría de disco de oro en EEUU al vender más de 500.000 copias. El riff es ejecutado por Kirk Hammett.

6.- Aerosmith – “Walk This Way”. Canción publicada en el álbum “Toys In The Attic” (1975). En 1986 la canción fue regrabada por Run DMC y Aerosmith. El riff es ejecutado por Joe Perry.

7.- Derek & The Dominos – “Layla”. Canción publicada en el álbum “Layla and Other Assorted Love Songs” (1970). Fue inspirada por el amor no corresponde a Eric Clapton de parte de Pattie Boyd (esposa de George Harrison). El riff es ejecutado por Eric Clapton.

8.- AC/DC – “Back In Black”. Canción publicada en el álbum “Back In Black” (1980). El álbum fue dedicado al fallecido vocalista Bon Scott (reemplazado por Brian Johnson). El riff es ejecutado por Angus Young.

9.- Chuck Berry – “Johnny B. Goode”. Canción publicada en el álbum “Chuck Berry Is On Top” (1958). Es considerada por muchos críticos como la primera canción de Rock & Roll puro que se tenga constancia. El riff es ejecutado por Chuck Berry.

10.- Dire Straits – “Money For Nothing”. Canción publicada en el álbum “Brothers In Arms” (1985). Corresponde al mayor éxito de la banda y alcanzó el primer lugar de los rankings de EEUU durante tres semanas. El riff es ejecutado por Mark Knopfler.

Jeff Buckley: Cuando la muerte es solo el comienzo


En mayo se cumplen 15 años de la muerte de Jeff Buckley, según muchos entendidos una de las figuras más talentosas de la escena rock de los noventas, quien a pesar de tener una trayectoria especialmente corta, logró cautivar a toda una generación con su música. Si no fuese por un desafortunado accidente, hoy tendría 45 años y quien sabe que tan grande sería su legado.  

Generalmente tendemos a asociar la muerte de los rockstars con el abuso de las drogas y el alcohol, este no es el caso de Jeff Buckley quien falleció ahogado en 1997 y que tras la autopsia se determino que no existía ninguna sustancia extraña en su sangre. Esto hace que su deceso sea aun más lamentable, ya que ni siquiera podemos decir: “¡el se lo buscó!”, por el contrario, queda esa desagradable sensación de que perdimos otro gran artista, y con él, la posibilidad de seguir disfrutando de su talento.


A pesar de ser hijo de Tim Buckley, reconocido músico de la década de los setenta, se crió prácticamente sin tener ningún tipo de contacto con el. Lo conoció recién a la edad de 8 años cuando su madre lo llevó a presenciar uno de sus conciertos, sin embargo, al poco tiempo murió por una sobredosis de heroína (1975). Jeff siempre supo que su padre lo abandonó, privilegiando su carrera de artista, y fue su madre, pianista y chelista de música clásica, y su padrastro, quienes lo hicieron crecer en un ambiente muy cercano al rock. Mientras ella le enseñaba a tocar la armónica, el lo hacía escuchar canciones de Led Zeppelin, The Who y Jimi Hendrix. En la secundaria formó parte de un grupo de Jazz, y posteriormente se graduó del “Guitar Institute of Technology” de Los Angeles. Trabajó en varios estudios de grabación y colaboró con varios artistas, pero sin lograr mayor reconocimiento.

Paradójicamente, recién logró llamar la atención de la industria discográfica en 1991 cuando participó en un evento de homenaje a su padre realizado en Brooklyn. En aquel show interpretó cuatro canciones que cautivaron a todo el público presente y que además le abrieron las puertas a su consagración como artista. En los siguientes años, su carrera tuvo un impulso ascendente, que culminó en 1994 con la grabación de su primera y única placa “Grace”. Su voz única y su especial forma de contar (fuertemente influenciada por Robert Plant), además de los covers de “Lilac Wine” de Nina Simone y “Hallellujah” de Leonard Cohen, hacen que el disco sea considerado por la crítica como una verdadera obra maestra.  

“Me apasiona cantar con Jeff. Ha escrito una canción llamada “Grace”, que literalmente me pone los pelos de punta. La primera vez que la escuché sudaba como una novia en su día de boda. La música nunca me había provocado esa reacción antes”.
Elizabeth Fraser - Vocalista de “Cocteau Twins”

Muerte al ritmo de Led Zeppelin

Probablemente nunca se sabrá con exactitud si la muerte de Buckley fue un accidente o si se suicidó a causa del desorden bipolar que padecía. Quizás los testimonios que entregan mayores antecedentes respecto a los sucesos que rodearon su muerte, son la biografía escrita por David Browne (“Dream Brother”) y un documental emitido por la BBC en 2002, donde se narran los hechos acontecidos aquella fatídica noche del 29 de Mayo de 1997. Según estos relatos, Buckley había viajado hasta Memphis, para grabar su segunda placa que llevaría por nombre “My Sweetheart The Drunk” y esa noche llegaría su banda a la ciudad para comenzar el proceso de grabación.

Por lo general, Gene Bowen (Road Manager de Buckley) lo acompañaba a todos lados para evitar que se metiera en problemas, sin embargo, esa noche Jeff decidió salir a dar una vuelta acompañado por el roadie Keith Foti. Al parecer habrían recorrido toda la ciudad escuchando canciones de John Lennon y Jane’s Addiction en un grabador doble cassetera que Foti había comprado el día anterior. Cuando decidieron ir a la sala de ensayo para esperar a la banda se dieron cuenta que estaban perdidos, al cabo de una hora de infructuosos esfuerzos por llegar a la Young Avenue, decidieron llamar a Bowen para pedirle que los ayudará a encontrar el camino, sin embargo, no pudieron contactarlo ya que se había ido al aeropuerto a recibir al resto de los músicos. Fue en ese instante que Buckley tuvo la idea de que fueran a la ribera del Rio Wolf para tocar la guitarra y seguir escuchando música.  


El río no era apto para el baño, pero no existían carteles de advertencia que informaran de un potencial riesgo. Mientras Foti tocaba la guitarra, Jeff tomó el grabador y camino hasta la orilla del río, dejando el dispositivo bastante cerca del agua. Alrededor de las 21:00 hrs. y en un acto inexplicable, Buckley se metió al agua completamente vestido, inclusive con sus botas puestas, y a medida que se iba internando a lo más profundo del río comenzó a interpretar “Whole Lotta Love” de Led Zeppelin. En un momento Foti movió de lugar el grabador para evitar que fuese a mojarse con las olas que produjo un barco que pasaba por el sector, y al levantar la vista Jeff ya había desaparecido. El cuerpo de Buckley fue encontrado desnudo cinco días después, al final de Beale Street, y solo pudo ser identificado por el característico piercing de su ombligo.

La noticia de su muerte conmocionó a todo el universo del rock, y fue en este punto que comenzó a forjarse una leyenda en torno a su nombre. Desde aquel día, su disco debut ha superado las dos millones de copias vendidas y son múltiples los artistas que se han visto influenciados por su música, tales como: Radiohead, Travis, Starsailor, James Blunt, Muse, entre muchos otros. Se han escrito más de 60 canciones tributo a su persona, entre las que destacan “Wave Goodbye” de Chris Cornell y “Memphis” de PJ Harvey.

Bandas Sonoras: Música y Cine, la unión de dos artes

La música ha estado ligada al cine desde sus orígenes, inclusive la proyección de las películas mudas eran acompañadas de un piano o una pianola, que tenían por objetivo principal mantener entretenido al público. En nuestros tiempos, cuesta trabajo imaginar una película que no tenga una banda sonora, ya que en muchos casos las emociones y estados anímicos se transmiten de mejor manera mediante una melodía, más que a través de un dialogo.

El origen de las bandas sonoras (o soundtracks) está directamente relacionado a la incorporación del sonido en las películas, y surge como la necesidad de agregar un elemento que tuviera la facultad de situar al espectador en un cierto contexto emocional. El Rock tuvo su primera incursión en el cine en el año 1955, cuando la canción “Rock Around The Clock” de Bill Halley & His Comets sonó en los créditos iniciales de la película “Blackboard Jungle” (“Semilla de Maldad”, dirigida por Richard Brooks) Según notas periodísticas de la época, apenas se apagaban las luces y se escuchaban los primeros acordes de la canción, el público se paraba a bailar en los pasillos.

A partir de este punto, el rock comenzó a ser utilizado por productores y directores como un potente gancho comercial, la idea fundamental era atraer a los jóvenes a las salas de cine mediante la incorporación de canciones de los rockstars del momento. No cabe duda de lo exitosa que fue esta iniciativa, ya que también significó un beneficio importante para los músicos que, a través de este medio, tenían la oportunidad de promocionar sus discos. Es así cómo las industrias del cine y la música comenzaron a caminar de la mano, en una relación que se mantiene hasta la actualidad, creciendo cada vez con más fuerza.


En las últimas décadas, ha surgido un nuevo enfoque en esta relación cine-rock, y que se fundamenta en la idea de que un único artista sea capaz de hacerse cargo de la musicalización de una película de forma íntegra. Es así como muchos rockstars han aceptado el desafío y se han embarcado en la aventura de componer bandas sonoras, quizás algunos con mejores resultados que otros, pero siempre sorprendiéndonos con su capacidad creativa y con la facilidad para desarrollar otros géneros musicales que, a priori, pudiesen parecer muy alejados de su estilo habitual.

Uno de los primeros en incursionar en esta área fue el incombustible Neil Young, que en 1995 aceptó hacerse cargo de la música del western “Dead Man” del director Jim Jarmusch. Lo más anecdótico respecto a este trabajo, es que fue realizado bajo una suerte de improvisación, en donde Neil compuso la mayor parte de la música mientras veía la película recién editada, encerrado en el estudio. Sin lugar a dudas un ejemplo claro, de que detrás de una gran banda sonora, se encuentra siempre el talento e inspiración de su creador. Solo mediante la utilización de guitarras (eléctricas y acústicas) y un teclado, Neil logra crear la atmósfera perfecta en cada una de las escenas, facilitando que el espectador se sienta participe de cada una de las aventuras del protagonista: William Blake (interpretado por Johnny Depp). Según los entendidos, esta pieza constituye una de las mejores bandas sonoras instrumentales jamás realizadas, a la altura de un genio como Neil Young.

En 1999, el director Lars von Trier, le propuso a la cantante Björk que fuese la protagonista de “Dancer In The Dark” (“Bailarina en la Oscuridad”), sin embargo, ella no quería actuar y a cambio se ofreció a componer la música de la película, finalmente, luego de una larga negociación, también terminaría protagonizándola. El 2000, bajo el nombre de “Selmasongs”, salió a la venta la banda sonora, un trabajo mucho más oscuro e innovador que sus discos anteriores, y que recibió críticas bastante positivas por parte del medio. Mención aparte a la Palma de Oro que recibió Björk y Von Trier por mejor actriz y director, respectivamente.

En 2007, el actor/director Sean Penn, logró convencer a Eddie Vedder (vocalista de Pearl Jam), para que compusiera la banda sonora de la película “Into The Wild”, obra que narra la historia de Christopher J. McCandless, un joven universitario de alta capacidad intelectual que dejó toda su vida atrás para huir a Alaska. Con este trabajo Vedder sorprende a todos los escépticos que dudaban de su incursión en este nuevo estilo, ya que apoyándose en instrumentos folk y dejando completamente de lado el grunge, logra construir canciones potentes, bellas, reflexivas y con una gran carga emocional, que se adaptan a la perfección a la historia. En 2008, “Guaranteed” gana el Globo de Oro a la mejor canción original.

En 2009, el aclamado director David Fincher, le propuso a Trent Reznor (líder y vocalista de Nine Inch Nails), que musicalizara la película “The Social Network”, que narra la vida del creador de Facebook: Mark Zuckerberg. En una primera instancia la respuesta por parte de Reznor fue negativa, por considerar poco interesante una realización que se basara en una red social, sin embargo, tras leer el guión, escrito por Aaron Sorkin, decidió hacerse cargo de la banda sonora, y para esto sumó al proyecto a su amigo Atticus Ross. Las críticas fueron variadas, para los que manejan el paradigma clásico de que la música de una película debe ser melódica y además tener un desarrollo temático, simplemente el trabajo es uno de los peores de su género, por el contrario, muchos expertos opinaron que a  pesar de ser una composición monótona, fuertemente apoyada por sonidos electrónicos, constituye una verdadera obra maestra. Tanto fue el éxito de la producción, que recibió el Oscar y el Globo de Oro a la mejor banda sonora, en los años 2010 y 2011, respectivamente. David Fincher quedó tan satisfecho con el trabajo de Reznor, que de inmediato amarró su participación en su próxima producción: “The Girl With The Dragon Tattoo”.

Otro rockstar que quiso incursionar en este género fue el talentoso Mike Patton (vocalista de Faith No More, Mr. Bungle, Fantômas, Mondo Cane, entre muchos otros), quien ya en 2008 se hizo cargo de la musicalización del cortometraje “A Perfect Place” del director Derrick Scocchera, y en 2009 de la segunda parte de la psicodélica y adrenalínica aventura de Chev Chelios, en “Crank: High Voltage”. Por estos días se está lanzando la banda sonora de “The Solitude of Prime Numbers”, película basada en la novela del mismo nombre del autor italiano Paolo Giordano. Según las primeras criticas, en este álbum se encuentran algunas de las más contemplativas y emocionantes melodías de la exitosa carrera de Patton, pero que a la larga hacen que el disco se vuelva demasiado extenso y tedioso.


Resulta difícil presagiar como será la evolución del cine en los próximos años, sobre todo teniendo en consideración que cada día surgen nuevos avances tecnológicos que cambian la forma de concebir y ver las películas, sin embargo, me atrevería a decir que la música seguirá teniendo un rol protagónico dentro de la industria cinematográfica, ya que es ella quien permite transmitir información que escapa a lo visual, tal como: rasgos psicológicos, pensamientos no expresados de un personaje o las implicaciones de una escena en particular. Sin lugar a dudas, dos artes que trabajando en conjunto logran resultados que sería imposible lograr por separado. 

Critico por un día...fan por toda una vida

A menudo, los chilenos nos jactamos de que existe una conexión especial entre Faith No More y nuestro país, lo cual mirado desde otra perspectiva podría tomarse como un pensamiento bastante egocéntrico y soberbio. Sin embargo, ese nexo existe, es real, y de eso puede dar fe cada uno de los integrantes de la banda, el gran problema radica en que resulta extremadamente difícil determinar las circunstancias bajo las cuales pudo haberse producido esta conexión. 

Es evidente que no corresponde a un fenómeno que se nos de con la mayoría de los artistas que nos visitan. ¿Acaso existe alguna otra banda que sea tan querida en nuestras tierras como lo es FNM?...lo dudo. Tampoco podríamos decir que esta pseudo-relación este asociada a la cantidad de veces que hemos tenido a la banda en Chile, de hecho, si lo pensamos fríamente, el porcentaje de visitas es bastante bajo en contraste con sus 30 años de trayectoria. Desde el nacimiento del grupo en 1981, solo han pasado por estos lados en cuatro ocasiones, en las cuales brindaron un total de siete presentaciones (incluyendo la que dieron en el Estadio Nacional para la Teletón 2010). 

A través de este artículo, llevaré a cabo el ambicioso ejercicio de resumir cada uno de los encuentros que hemos tenido con la banda, para de esta forma, identificar las razones por las cuales Chile se enamoró de Faith No More. 

"Es una rara magia de la cual es bonito formar parte. 
Me siento afortunado"
Mike Patton - Séptimo Vicio

La Rendición Del Monstruo 

El primer encuentro del público chileno con Faith No More se llevó a cabo en 1991, en el escenario del Festival de la Canción de Viña del Mar (edición número 32). Para ese entonces, la banda ya contaba con 3 álbumes de estudio: “We Care A Lot” (1985), “Introduce Yourself” (1987) y el exitoso debut de Mike Patton como frontman, “The Real Thing” (1989), además habían realizado una presentación de gran nivel en el Rock in Rio II. El grupo tocó dos noches, los días 5 y 6 de Febrero, en lo que quizás será uno de los shows más bizarros de toda la historia del Festival. La galería de la Quinta Vergara se llenó de jóvenes rockeros que no dejaron de corear cada una de las canciones de la banda, mientras que las ricachonas de platea vivieron una de sus peores pesadillas.

Sin lugar a dudas, existen dos momentos que marcaron el paso de la banda por el Festival: Mike Patton dedicándole la canción “Edge Of The World” a Miriam Hernández (esta canción es dedicada a Myriam Hernández...mi amore), y el beso con agarrón incluido, a un inmutable Antonio Vodanovic. Se comenta que luego del show, la banda continuó con la fiesta en los bares de Valparaíso, hasta quedar inconscientes.

Los medios que cubrieron el espectáculo no se demoraron en criticar la presentación. No concebían que una banda de “locos”, liderada por un tipo con mohicano, que no tuvo mayores problemas en combinar una corbata con unos shorts, haya manchado el escenario de su prestigioso festival. Los organizadores del evento tuvieron que dar múltiples explicaciones, aunque si ahora lo miramos en retrospectiva, quizás sin quererlo, realizaron una de las mejores selecciones de la historia del certamen.

Monstruos del Rock 

En el año 1995, Faith No More aterrizó nuevamente en Chile para ser parte del segundo día del Monster Of Rock (junto a Paradise Lost y Ozzy Osbourne). Desde su última presentación ya contaban con dos nuevos álbumes bajo el brazo: “Angel Dust” (1992), y “King For A Day… Fool For A Lifetime” (1995), disco que alcanzó gran éxito en Europa, pero poca repercusión en EEUU. Esa noche el público que repletó el Teatro Monumental (ahora Caupolicán) era variado, y en su mayoría habían asistido a presenciar al mítico vocalista de Black Sabbath, sin embargo, Faith No More estuvo a la altura y en un show de un poco más de una hora mostró lo mejor de su repertorio, además de darse el lujo de interpretar los temas “Glory Box” y “I Started To Joke” (covers de Portishead y Bee Gees respectivamente). 

Un público que inicialmente se rehusaba a esperar para ver a Ozzy, terminó rindiéndose ante una presentación memorable, de alto nivel, y con un protagonista excluyente: Mike Patton. Quizás lo más extraño que se vivió esa noche no fue la lluvia de escupos que espontáneamente comenzó a caer sobre el escenario, sino la total normalidad con que este acto fue tomado por Patton, que incluso incitó a la audiencia a mejorar su puntería y acertarle en la boca. En este nuevo capítulo de su historia, Faith No More nos enseñaba, que en ocasiones, la locura puede ser un arte.

Más adelante, en 1997, se lanzó lo que sería el último disco en estudio de la banda, “Album Of The Year”. La placa fue duramente criticada por considerarse un retroceso en la evolución musical de la agrupación y comenzaron a aparecer los primeros rumores de separación. Finalmente, el 19 de Abril de 1998, en el que seria uno de los días más tristes para los seguidores de la banda, Billy Gould difunde un comunicado, vía correo electrónico y fax, mediante el cual formalizaba la disolución de Faith No More.
"Faith No More ha decidido poner fin a las especulaciones 
sobre su inminente ruptura... rompiendo”. 
Billy Gould

Recuperando la Fe 

Catorce años después de su última visita a tierras criollas, se hacía realidad el sueño de miles de fans que querían volver a ver en vivo a Faith No More, y también de muchos otros que nunca habían tenido la oportunidad de asistir a alguna de sus presentaciones. En Febrero de 2009, y tras múltiples negativas de la banda para volver a tocar juntos, se anunciaba una gira mundial, que bajo el nombre de “The Second Coming Tour” traería de vuelta a las pistas a una de las bandas más influyentes de la escena rockera. En Chile, las expectativas por adquirir los tickets del evento superaron las estimaciones iníciales, obligando a los organizadores a agendar una nueva fecha de carácter más intimo en el Teatro Caupolicán. 

El primer concierto se llevó a cabo el 29 de Octubre, en el marco de una gala para tan solo 5.000 espectadores. La ansiedad por volver a escuchar los temas clásicos, tras 14 años de espera, podía percibirse en cada uno de los fans que repletaron el recinto de San Diego, y como era de esperarse, el show cumpliría con todas las expectativas que se habían forjado desde que se anunció la reunión de la banda. Vestido de manera formal y con treinta minutos de atraso, hizo su aparición un incombustible Patton, desatando de inmediato la histeria de los asistentes, y estableciendo de inmediato esa relación de complicidad con el público que solo el puede lograr. 

A mitad del show, y recordando su presentación en el Monster of Rock, Patton comentó: “tocar con ustedes es mejor sin los pollos… pero también con los pollos”, haciendo que la cancha vip se transformara en un campo de batalla de escupitajos. Lo cierto es que la presentación rayó en la perfección, dejando la sensación que lo bueno siempre resulta poco. 

Al día siguiente, la euforia se trasladaría al Estadio Municipal de La Florida, donde la banda tocó ante 25.000 personas. En esta ocasión, los encargados de calentar el ambiente fueron los brasileños de Sepultura, que con un show consistente dejaron servida la mesa para el plato principal. Tras un receso de 45 minutos, y con el tema “Reunited” (cover de Peaches & Herb) se dio inicio a otra jornada que sería de antología. La banda se notaba más suelta que la noche anterior y Patton aún más hiperactivo de lo habitual, inclusive bajando del escenario durante la interpretación de “Just A Man” para compartir más de cerca con el público de cancha. El sonido no estuvo tan bien logrado como en la gala, inclusive durante la última parte de “We Care A Lot” se cortó el audio del estadio, provocando que el show se detuviera por un par de minutos. Sin embargo, estos detalles técnicos no lograron empañar una solida presentación que sirvió para reafirmar que a pesar de los años, la calidad y energía de la banda se mantienen intactas.

La Nostalgia del Adiós

Es tanta la fascinación que despierta la banda en nuestro país que se comenzó una campaña de recolección de firmas (se reunieron más de 16.000) para que Faith No More terminara su gira de reunión en nuestras tierras. Contra los pronósticos de los más escépticos, y dando una muestra clara que esta relación de amor es recíproca, la banda accedió a realizar su último concierto en Chile. El evento llevaría por nombre “Last Reunited Show 2.0” y nuevamente sería realizado en el Estadio Municipal de La Florida.

Aprovechando esta última visita, Faith No More solicitó participar en la Teletón 2010, poniendo como única condición, que a diferencia del resto de los artistas, los dejarán tocar en vivo. La presentación se llevó a cabo el 4 de Diciembre en el Estadio Nacional, donde la banda interpretó los temas “Ashes To Ashes”, “Midlife Crisis”, y un breve verso de “Qué He Sacado Con Quererte” de Violeta Parra. El punto más alto del show se dio cuando Don Francisco agradecía a Mike Patton su participación en la noble cruzada, quien respondió con un simple y preciso: “Gracias a ti, Don Corleone”.

Al Municipal de La Florida llegaron más de 25.000 personas a presenciar el último concierto, el cual contó con invitados de lujo. Abriendo la jornada estuvo Fulano, posteriormente saltó a escena Monotonix, banda recomendada especialmente por Patton, que brindó uno de los shows más alocados que se tenga memoria, para luego dar paso a Primus, quienes después de más de 25 años de trayectoria visitaban por primera vez nuestro país. Un poco antes de las 21:30 hrs. en impecables trajes blancos y con una rosa roja en la chaqueta, hacían su aparición los protagonistas de la noche. 

El estadio explotó cuando empezaron a sonar los primeros acordes de “Epic”, que sería el prólogo de uno de los conciertos más emotivos y conmovedores de nuestra historia. A medida que la banda repasada sus grandes éxitos, el fervor y desenfreno del público iba en aumento, tanto así, que a pesar de las estrictas medidas de seguridad, el público comenzó a invadir el sector vip desde tribuna y cancha general. Nuevamente se podía apreciar en toda su magnitud la calidad vocal de Mike Patton, y la perfecta conexión que existe entre cada uno de los integrantes de la banda. Un show sublime, carente de puntos bajos y con una energía que va mucho más allá de lo musical. 

El cierre del show tenía que ser especial, y la canción elegida para esto fue “Kiss And Say GoodBye” (cover de The Manhattans), que culminó con un Patton cantando desde el público, peleando con sus fans para no quedar desnudo. Un final que solo viene a llenar un capítulo más de la leyenda forjada por Faith No More.

Ese Extraño Sentimiento Llamado “Amor”

Mi fanatismo limita mi capacidad de ser objetivo al momento de identificar las claves que han llevado a Faith No More a penetrar tan profundamente en el inconsciente de los chilenos, pero al repasar la historia que tienen con nuestro país, surgen ciertos rasgos que resulta difícil encontrar en otros artistas. 

La banda jamás se encasilló en una única línea musical, lo que le daba la libertad de transformar cada disco en una mixtura de estilos, pudiendo pasar sin mayores reproches, desde una canción potente y destructiva, a una balada romántica. Es en esta heterogeneidad de sus composiciones que se puede explicar la variedad de su público. Sin lugar a dudas una apuesta arriesgada, pero que los catapultó a componer algunos de los clásicos del rock más destacados de la década del 90.  

Resulta innegable que uno de los aspectos en que Faith No More marca diferencias respecto a otras bandas de similares características, es la energía que transmiten en sus presentaciones en vivo. Un artista completo no solo debe preocuparse de presentar un show de gran calidad musical, sino que también debe tener la capacidad de establecer un ambiente especial entre la banda y la audiencia, haciéndolos participe del espectáculo, de una forma activa y desenfrenada. Una muestra innegable de esto, es que cada una de las presentaciones que nos han brindado constituyen momentos memorables, llenos de emotividad y de virtuosismo. 

Y finalmente, sin lugar a dudas, uno de los principales responsables de esta relación, es Mike Patton, que con su carisma, capacidad vocal, energía y mística, supo ganarse el corazón de los chilenos. No solo por ser capaz de aguantar una lluvia de escupos, sino por permitirnos conocerlo y hacernos parte de su locura.

Faith No More – Maquinaria Festival 2011

Promediando el show de Chris Cornell en el Transistor Stage, ya existía mucho público esperando que comenzara la presentación de Faith No More en el Claro Sony Ericson Stage. La ansiedad por volver a ver a los californianos se podía percibir en el ambiente, y no sólo por ser una de nuestras bandas predilectas, sino también porque nos tienen acostumbrados a shows de un alto nivel técnico, musical y emocional. Un escenario completamente blanco -quizás un presagio de lo pulcra que sería la presentación de esa noche-, algunos arreglos florales multicolores adornando puntos estratégicos y la misión de superar la vara dejada por Alice In Chains un par de horas antes, eran los condimentos perfectos para una velada histórica. A las 22:17 hrs., ante la ovación y el delirio de cada uno de los fans, hacen su entrada los miembros de la banda, vestidos completamente de blancos y con una misión clara: escribir un nuevo capítulo en su historia de éxitos.


Faith No More cumplió su palabra, interpretando íntegramente su quinto álbum de estudio “King For A Day…Fool For A Lifetime” (quizás para muchos el mejor de toda su carrera) y además sumando la participación de Trey Spruance, quien fue el encargado de las guitarras durante la grabación del disco en 1995. La banda demoró una hora exacta en recorrer los 14 tracks que componen la placa, los cuales fueron tocados en su orden original y sin imperfecciones. 

La presentación comenzó de inmediato, sin mediar ningún tipo de introducción, en donde la energía y potencia de “Get Out” encendió instantáneamente el ambiente, haciendo olvidar la baja temperatura del recinto. Cuando empezaron a sonar los primeros acordes de “Ricochet” se incorporó al escenario Roddy Bottum, quien no había entrado con el resto de la banda; la fuerza del inicio ya hacía presagiar que se estaba en presencia de un show que a la postre sería memorable. Posteriormente, llegó el turno de uno de los mayores hits de la banda, “Evidence”, el cual fue presentado por Patton como “una canción muy flaite”, y que fue interpretado en Español/Inglés, causando el delirio de cada uno de los fans que la corearon de principio a fin. Bottum vuelve a desaparecer del escenario y al público que ya salta con la rápida y pegajosa “The Gentle Art Of Making Enemies” parece no importarle. Para lograr el estilo propio del soul/jazz de “Star A.D.”, se incorporan cuatro músicos, que son bautizados por Patton como “trompetas calientes”, la misión se cumple a la perfección y el sonido resulta tan nítido como en el disco. Durante la ejecución de “Cuckoo For Caca” los gritos desgarradores de Patton se apoderan del Club Hípico, sin duda su marca registrada, cuya técnica maneja a la perfección. La calma llega de la mano del bossa nova de “Caralho Voador”, quizás el momento más relajado en lo que va transcurrido del show. Sin embargo, la tranquilidad no dura mucho, y comienzan a sonar los crudos sonidos de “Ugly In The Morning” y “Digging The Grave” (otro de los singles del disco). 

Para la interpretación de “Take This Bottle”, Trey Spruance se toma un receso, siendo objeto de burlas por parte de sus compañeros, quienes indican que se encuentra cansado debido a su edad, su lugar es ocupado por Jon Hudson, quien tampoco se escapa de las burlas, al ser tratado por Patton como “viejo pelao”. El ambiente se llena de romanticismo con la melodía de una de las principales baladas que tiene la banda en su repertorio. Entre canción y canción, Patton hace alarde de las nuevas palabras en español que ha aprendido, tales como: “cachai”, “la raja”, “bakán” e inclusive dándose la maña de decirle al público que no le pidan canciones de Myriam Hernández (sin duda, un guiño al episodio acontecido en el Festival de Viña del Mar de 1991). “King For A Day” transcurre sin mayores sobresaltos, aunque se evidencia una leve baja en las revoluciones del show. La energía vuelve a subir abruptamente con la batería de Bordin, y las guitarras de Spruance y Hudson, que ahora suenan en conjunto durante la interpretación de “What a Day”. Para cuando suena el penúltimo track, “The Last To Know”, ya se puede percibir en el ambiente que queda poco para que se termine el recorrido a través de uno de los discos más emblemáticos de la década del ‘90. Toma la palabra Roddy para anunciar lo que ya todos saben, la ejecución de la última canción de la placa: “Just A Man”, la banda es acompañada por un coro de 20 personas vestidas con túnicas de colores que hicieron aún más majestuosa la puesta en escena. El grupo agradece a su público y desaparece tras los amplificadores. Algunos fans empiezan a retirarse a las zonas de servicios y al Transistor Stage, sin imaginarse que aun quedan sorpresas.

Al cabo de unos minutos de espera, Faith No More vuelve a salir al escenario, con una bandera chilena de apoyo al movimiento estudiantil, con el texto “educación”. Trey Spruance no vuelve y la guitarra queda a cargo de Hudson. Tal como había acontecido el pasado 08 de Noviembre en el Estadio Malvinas Argentinas de Buenos Aires, la banda vuelve a interpretar una canción que aún no ha sido posible identificar y que podría corresponder a un tema inédito. Roddy Bottum dedica el tema a Felipe Herrera, fallecido miembro de la banda tributo, Please No More.

El show prosigue con las interpretaciones de “Caffeine” (Angel Dust, 1992) y “Ashes To Ashes” (Album Of The Year, 1997) Para el cierre vuelve al escenario Spruance, y Patton lo incita a hablar en español. Billy Gould pregunta si ellos “hablan como mexicanos” y Patton comenta que cuando va a México le dicen que “habla como chileno”, causando las risas de todo el público. La última canción en sonar es “Absolute Zero”, que corresponde a uno de los temas que fue grabado como Lado B del “King For A Day…”. La guinda de la torta para una presentación que prácticamente no tuvo puntos bajos y de una calidad pocas veces vista en nuestras tierras.

El grupo se vuelve a retirar del escenario, pero en esta ocasión no volverían. Mientras los roadies (también vestidos de blanco) desmontan los instrumentos, comienzan a sonar los fuegos artificiales que dan la despedida a una de las bandas más queridas en Chile. Más que sentir nostalgia por el adiós, es mejor quedarse con las palabras de Patton: “La verdad es que cada año estamos acá”. Ojalá podamos tenerlos pronto de vuelta y quien sabe, quizás con un nuevo álbum bajo el brazo.

Setlist:
1.      Get Out
2.      Ricochet
3.      Evidence (Spanish/English)
4.      The Gentle Art of Making Enemies
5.      Star A.D.
6.      Cuckoo for Caca
7.      Caralho Voador
8.      Ugly In The Morning
9.      Digging the Grave
10.  Take This Bottle
11.  King For a Day
12.  What a Day
13.  The Last to Know
14.  Just a Man

Encore:
15.  Desconocida)
16.  Caffeine
17.  Ashes to Ashes
18.  Absolute Zero

Motörhead: El As bajo la manga del Heavy Metal


Es cierto que los chilenos a menudo pecamos de egocéntricos y le damos mucha notoriedad a cosas que en la práctica tienen poco y nada de especial, es decir, agrandamos cada una de nuestras pequeñas victorias para crear la ilusión de que somos superiores al resto del mundo (algo que en la práctica sabemos que no es verdad). Sin embargo, en contadas ocasiones, tenemos motivos reales para sentirnos especiales, para sentir que fuimos favorecidos entre muchos otros posibles candidatos y que todos los ojos están puestos sobre nosotros (y porque no decirlo, con un poco de envidia). Y es en este contexto que solo unos pocos pueden decir que fueron elegidos por una de las bandas de Heavy Metal más reconocidas e influyentes de la historia del rock para ser parte fundamental del DVD que conmemora sus 35 años de carrera.

Estamos hablando Motörhead y el lanzamiento de su nuevo DVD: “The Wörld Is Ours Vol. 1. Everything Further Than Everyplace Else” que en 180 minutos presenta de manera integra el show que los británicos ofrecieron en el Teatro Caupolicán, el pasado 09 de Abril, ante más de 5.000 personas. Además, en este material se incluyen 20 minutos de su presentación en el Best Buy Theater de New York, 25 minutos de una de sus presentaciones en el Manchester Apollo de Inglaterra, y 45 minutos de entrevistas con la banda en backstage. Esta pieza constituye el tercer elemento de una serie de lanzamientos conmemorativos de los 35 años de trayectoria del power trío. Primero fue la edición del álbum “The Wörld Is Yours” (2010) que recibió muy buenos comentarios de parte de la crítica especializada, posteriormente el lanzamiento de un documental con la vida y obra del mítico Ian “Lemmy” Kilmister, bajo el nombre de “Lemmy” (que fue promocionado con la sugerente frase: “49% Motherfucker, 51% Son Of A Bitch”) y que estuvo a cargo de los directores Greg Olliver y Wes Orshoski, y ahora este DVD, grabado por Banger Films y Sam Dunn (músico y director que ha trabajado con bandas de la talla de Rush y Iron Maiden) y mezclado por el productor Cameron Webb.


Los que hemos escuchado a Motörhead sabemos que profesan un rock potente, furioso y en ocasiones sucio, y si a todos estos elementos le agregamos la contundencia, compromiso y sobretodo la energía que proyectan en vivo, tenemos la combinación perfecta para entender el rock en su estado más natural.  Es precisamente a través de este tipo de testimonios que podemos captar la esencia del trío y comprender las razones por las cuales son considerados una banda de culto, que a pesar de los años se sigue manteniendo joven y vigente. No es buen ejercicio comparar este material con el clásico álbum en vivo “No Sleep ‘Til Hammersmith” (1981), ya que corresponden a épocas totalmente diferentes y existe todo un rodaje de por medio del cual es imposible abstraerse.

El DVD contiene temas que no pueden faltar en ninguna presentación de la banda: “Metropolis”, “Going To Brazil”, “Stay Clean”, “Rock Out”, además de las ya clásicas “Overkill”, “Ace Of Spades” y “Killed By Death”. Las tres canciones incluidas de su show en New York también fueron tocadas en Santiago, y de los seis temas de su presentación en Manchester, existen dos que no fueron incluidos en su show en el Caupolicán: “Be My Baby” y “Born To Raise Hell”. De su última placa (The Wörld Is Yours) se incorporaron los temas “Get Back In Line” y “I Know How To Die”. En resumen, 26 canciones que recorren una trayectoria plagada de éxitos y que entregan una visión general de la evolución que ha tenido la banda. Quizás el único reparo que se puede realizar a la selección de los temas, es que no se incluyeron los clásicos “No Class”, “Bomber” y “Mötorhead” (canción que le da nombre a la banda y término que se utiliza para identificar a los adictos a las anfetaminas).


Si comparamos los públicos de los tres conciertos que conforman el DVD, quedan más que claras las razones por las cuales se inclinó la balanza hacía Chile. Un público que saca enormes ventajas versus los “pasivos” gringos e ingleses, ya que en los 90 minutos de concierto no paran de saltar, chocar, cantar y gritar, con cada una de las canciones que interpreta la banda, inclusive en algunas tomas es posible ver a los encargados de seguridad cabeceando al ritmo de la música (según Lemmy: “a wonderful fucking audience”). Los 17 temas que componen el setlist que se presentó en Chile, fueron grabados en blanco y negro, lo cual le da un aire clásico a la presentación.  

Existe un par de colaboraciones que le dan un valor agregado a este valioso material: Doro Pesch (vocalista de Warlock), junto al guitarrista Todd Youth (quien participó en la gira de reunión de Samhain, invitado por el mismísimo Glenn Danzig) aparecen en la versión de “Killed By Death” grabada en el Best Buy Theater, la cual termina con un pequeño beso entre Lemmy y Doro. Además, para la interpretación de “Born To Raise Hell”, en el Manchester Apollo, se cuenta con la participación de Michael Monroe (frontman de la banda finlandesa “Hanoi Rocks”).

Da gusto ver que solo tres músicos sean capaces de proyectar tanta energía en el escenario, un power trío donde cada una de sus piezas funciona a la perfección, desde la característica voz del adorado Lemmy, pasando por el manejo impecable de la guitarra de Phil Campbell, hasta la majestuosidad de Mikkey Dee, sin lugar a dudas uno de los mejores bateristas del planeta, tal como queda en evidencia en el solo que realiza durante la interpretación de “In the Name Of Tragedy”. Los que estuvieron presentes ese 09 de Abril en el Teatro Caupolicán, sentirán el orgullo de ser parte de la historia de la banda, mientras que los que no tuvieron la oportunidad de asistir a ese memorable evento, podrán experimentar, mediante imágenes y sonido, una muestra de lo mágica que fue esa noche. En resumen, un material de colección, que constituye un nuevo eslabón para comprender la importancia que tiene Motörhead en la historia del rock.

Contenido:

Santiago, Teatro Caupolicán

1. We Are Motörhead
2. Stay Clean
3. Get Back In Line
4. Metropolis
5. Over the Top
6. One Night Stand
7. Rock Out
8. The Thousand Names of God
9. I Got Mine
10. I Know How to Die
11. The Chase Is Better Than the Catch
12. In the Name of Tragedy
13. Just ‘Cos You Got the Power
14. Going to Brazil
15. Killed by Death
16. Ace of Spades
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17. Overkill
+ Entrevistas (9 minutos)

New York, Best Buy Theater

1. Rock Out
2. The Thousand Names of God
3. Killed By Death (con Doro Pesch y Todd Youth)
+ Entrevistas (23 minutos)

Manchester, Manchester Apollo

1. We Are Motörhead
2. Stay Clean
3. Be My Baby
4. Get Back In Line
5. I Know How to Die
6. Born to Raise Hell (con Michael Monroe)
+ Entrevistas (12 minutos)